¿Hablar o No Hablar del ROI en Sostenibilidad?

Cómo enfocar el impacto financiero y el compromiso ambiental frente a la junta directiva.

Cuando se trata de presentar un plan de sostenibilidad a la junta directiva, el ROI (retorno de inversión) suele ser un tema controvertido. Por un lado, hablar de ROI puede ser una forma efectiva de captar la atención de los tomadores de decisiones, especialmente si su enfoque principal está en los resultados financieros. Sin embargo, centrar todo el discurso en el ROI puede limitar la comprensión de la sostenibilidad como un enfoque estratégico integral.

El ROI tiene un papel valioso en el contexto de la sostenibilidad. Mostrando cómo las iniciativas pueden generar ahorros energéticos, reducir costos operativos y abrir nuevas oportunidades de mercado, se puede construir un caso sólido a favor de la sostenibilidad desde una perspectiva financiera. Pero quedarse únicamente en este enfoque puede dar la impresión de que las acciones sostenibles solo valen la pena si se traducen en beneficios económicos inmediatos.

En realidad, la sostenibilidad empresarial va más allá de lo financiero. También implica fortalecer la reputación de la empresa, aumentar la lealtad de los clientes, mejorar la satisfacción de los empleados y mitigar riesgos legales y regulatorios. Además, las empresas que adoptan prácticas sostenibles están mejor posicionadas para adaptarse a las expectativas cambiantes de los consumidores y de la sociedad en general.

El reto para quienes lideran estas conversaciones es encontrar el equilibrio adecuado. Hablar del ROI es importante, pero también lo es destacar los beneficios intangibles y las oportunidades de futuro que surgen al integrar la sostenibilidad en la estrategia empresarial. Una presentación equilibrada puede incluir casos concretos de ahorro y retorno, junto con historias de éxito que muestren cómo estas iniciativas han transformado a otras empresas en líderes de sus industrias.

En última instancia, la clave está en demostrar que la sostenibilidad no es solo una estrategia defensiva para cumplir con regulaciones o mejorar la imagen pública, sino una estrategia proactiva que impulsa la innovación, mejora la resiliencia y asegura el éxito a largo plazo.

¿Cómo podemos equilibrar el discurso financiero con el ambiental para convencer a las juntas directivas de que la sostenibilidad es una estrategia indispensable?